martes, 21 de noviembre de 2017

¿Qué animal pone el huevo en la granja?

adonato me llaman por gracia de mi abuelo, a quien le gustaban las novelas de terror de un famoso escritor de europa del este del sigo XVIII, el cual se hacía nombrar Adonai. Continuando con mi presentación, estoy estudiando 4º de la ESO en el instituto Ferrer i Guardia de Benimaclet, un barrio de Valencia, un suburbio de los chungos de verdaD.

todo el mundo cuando se describe, suele considerarse como más o menos normal, así que no voy a ser yo uno menos: voy al insti, no hago siempre los deberes, y por las tardes salgo con los amigos a dar una vuelta, cuando no estoy en alguna de las clases del Conservatorio de Velluters donde estudio el clarinetE.

¿o tal vez no soy tan normal? Muchas veces me miro en el espejo, y me pregunto quién soy. En el instituto me pegan, y me insultan, y muchas veces me excluyen de los grupos. Supongo que sufro lo que ahora se denomina "bullyng". Ayer mismo, el Pestun (un chico de mi clase que es conocido por sus apestosos pedos de chorizo) vino enrabietado hacia mi, como si quisiera matarme, tan solo después de que le llamara. Menos mal, que estaba el Pino (otro compi de clase, que este es amigo) y se puso en medio para defenderme, porque sino hubiera quedado tan desgraciado como un chico de 1ro de bachiller que le rebentó un cohete en la cara. Pobre chaval, desde pequeño que le llamamos el patata, por su forma física; pero después de este incidente, propuse un cambio… Me planté en mitad del patio, y le llamé patata frita (ya sabéis, por la quemadura del cohete jajaja). En fin, prosigamoS.

nunca en mis 16 añitos de vida he estado tan acojonado. El día que le conté a mi madre que me pegaban en el colegio, se echó a llorar. Os puede parecer que soy un niñito de mama, y que no me atrevo a contárselo a mi padre, pero os tengo que decir que nos abandonó cuando tenía 5 años. Según me cuenta mi madre, un domingo 28 de diciembre (siempre me cuenta la fecha exacta, por la rabia que le produce desde entonces) envió a mi padre a comprar el pan para comer un poco con la paella de conejo y verduras de los domingos, pero nunca volvió. Desde entonces, mi madre sigue atascada en el 2008… y por mucho que intento ayudarla, no consigue cambiar el chiP.

trató de ayudarme, llevándome a clases de karate, para que me enseñasen defensa personal. Me miraba en el espejo y no conseguia ver un luchador nato en mi, tan solo un chico delgaducho y asustadizo. Aunque por otra parte, también tengo que decir que las clases a mí no me convencían, sobre todo cuando el profesor que las impartía parecía una copia barata del Jackie Chan. La verdad es que tenía una cara muy graciosa. Cuando le observaba en las clases mientras hacía volteretas y patadas voladoras, pensaba en cómo tan gran cabezón podía mantenerse encima de su cuello, con una forma aplanada que se parecía más a una calabaza del huerto de mi abuelo andaluz, que a lo que llaman cráneo en HousE.

-          - atención, que viene el Shin Chan de Hallowen!- exclamé en voz alta cuando nuestro profesor de karate estaba entrando en la aula. Tal vez me equivoqué diciendo eso a mis compañeros, los cuales se ve que tenían en un pedestal al maestro, pero fue algo que no pude resistir; lo mejor fue la muletilla de Hallowen (por la calabaza, ¿lo pilláis?) Por tanto (después de una llamada a mi casa ese día), hasta ahí llegué con mis clases de defensa personal para aprender a luchaR.

desesperados mi madre y yo, por conseguir que pasara una época en el instituto con menos ostias por parte de mis compañeros de aula, recurrimos a hablar con el Daddy, o sea perdón, el director del Ferrer i Guardia. Cuando habló con mi madre, le consiguió cambiar la cara por completo. Pasó de estar triste a furiosa, en menos que canta un gallo. ¿Qué le podría estar contando? Tan solo conseguía verles a través del cristal de secretaria, lo cual me hacía bastante complicado poder escuchar algo de su conversación. De pronto mi madre empezó a echarme miradas a través de los cristales a modo furtivo. No sé qué le estaban contando, pero debía  hacer ya un boicoT.

otra profesora entró en el despacho del director, y se puso a hablar con ellos. No podía irme peor en la vida. Por una parte, me cascaban la gente de mi edad y ahora por la otra parte mi único apoyo que me defendía siempre, se estaba tambaleando a ante mis narices por culpa del Daddy y la profesora de filosofía. Pasados unos minutos, terminaron de charlar y salieron fuera con un espejo en mano y con el gesto de haber descubierto un pastel oculto de manzanA.


-          - sabes cuál es tu problema de verdad?-dijo la profesora de filosofía buscando la realidaD.

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